
Dependiendo del objetivo que tengas puede que ganes fuerza o masa muscular. El problema es que mucha gente asidua a entrenar desconoce que ganar masa muscular no siempre va ligado a un incremento de la fuerza, y viceversa. Múltiples factores, como la alimentación o el tipo de entrenamiento, intervienen en el desarrollo de ambas.
El desarrollo de la musculatura implica una ganancia de fuerza. Cuando la fuerza aumenta es casi imposible que los músculos no crezcan, pero puede que una persona más esbelta levante más peso que un culturista, que está centrado en la hipertrofia muscular.
Los corredores, por ejemplo, tienen una musculatura fortísima, pero suelen ser esbeltos. Esto ocurre por el tipo de entrenamiento que realizan.
El tipo de entrenamiento es uno de los motivos principales que marcan la diferencia entre fuerza y músculo. Los culturistas, por ejemplo, se centran en el trabajo aislado de diferentes grupos musculares, para tensionarlos y lograr que se «hinchen» más rápido. Sin embargo, esto no implica trabajar con grandes pesos.
Por el contrario, aquellos que buscan un incremento notable en la fuerza priorizarán entrenamientos más globales, con menor tiempo de descanso entre series y buscando aumentar de peso de forma relativamente rápida. Además, estos entrenamientos se caracterizan por utilizar ejercicios compuestos.
Aunque el enfoque del entrenamiento es determinante para priorizar fuerza o ganancia de masa muscular, hay que tener en cuenta que la diferencia definitiva la marcará la dieta.
Es especialmente importante en aquellos que buscan la hipertrofia. Los entrenamientos muy exigentes con los músculos y estos experimentan pequeñas roturas que se reparan mediante la dieta y el descanso, haciendo que el músculo se agrande.
Recuerda que si tienes cualquier duda sobre tus entrenamientos y/u objetivos, los técnicos de nuestros centros deportivos estarán encantados de ayudarte.
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