
Si no quieres padecer hipertensión, abandona el sedentarismo. Si ya la padeces, el sedentarismo puede agravar los problemas que causa. Pequeños cambios en la actividad física pueden implicar un cambio importante en el control de la tensión arterial. Hacer deporte es una de las soluciones.
El corazón no deja de ser un músculo, y como tal, se puede entrenar. Con el deporte el corazón bombea mejor la sangre y con menos esfuerzo. Además, hacer ejercicio reduce objetivamente la hipertensión. Los estudios demuestran que se reduce de unos 4 a 12 mm Hg (milímetros de mercurio) en la presión diastólica y de 3 a 6 mm Hg en la presión sistólica.
Aún así, lo esencial es mantener un hábito. Si se deja de hacer ejercicio los beneficios desaparecerán. Además, tardarás de 4 a 12 semanas en notar el impacto del deporte en tu tensión arterial.
Lo ideal es que realices unos 150 minutos de actividad física moderada a la semana o bien 75 de actividad intensa. Esto no incluye hábitos como ir caminando a los sitios (excepto distancias grandes). Si no estás acostumbrado a hacer deporte, puedes realizar sesiones de 30 minutos por día dividiéndolas en partes de 10 minutos. Por ejemplo, sal a dar un paseo, trota 10 minutos, descansa cinco y repite este ciclo dos veces. Separar los 30 minutos en partes de 10 no afecta a los beneficios que obtienes.
Si tienes cualquier duda con tu entrenamiento, recuerda que los técnicos de nuestros centros deportivos estarán encantados de ayudarte.
Algunos ejercicios que están recomendados si no estás acostumbrado a la actividad física son:
Tags: cardio
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