
¿Has intentado perder peso últimamente? ¿Sientes que te cuesta más de lo normal? No te pierdas estas cuatro razones que podrían estar dificultando que cumplas tus objetivos.
Aunque no lo parezca, esta puede ser una de las cuatro razones por las que te cuesta perder peso. Respirar correctamente no solo asegura una buena oxigenación del organismo. La respiración también es clave en el metabolismo humano. Diferentes técnicas podrían aumentar los litros de oxígeno que entran en tus pulmones.
Normalmente tenemos una respiración superficial. El ser humano solo utiliza el 66% de su capacidad pulmonar de forma habitual. Respirar consume calorías, por lo que una respiración más profunda en la que se use el 100% de nuestra capacidad pulmonar hará que el consumo calórico sea mayor. Se calcula que se pueden perder hasta 5 calorías por cada litro de oxígeno consumido.
La segunda de las cuatro razones por las que te cuesta perder peso es una conocida para muchos: la retención de líquidos. Cabe destacar que retener líquidos no es un sinónimo de tener sobrepeso, es, simplemente, estar hinchado.
La retención de líquidos se produce porque hay ciertos nutrientes, como los carbohidratos, y minerales, como el sodio; que fomentan la acumulación de agua en el cuerpo. Una vez digeridos, los carbohidratos se almacenan en el organismo como glucógeno. Por cada gramo de glucógeno almacenado en el cuerpo, hay otros tres gramos de agua que lo acompañan.
Las dietas altas en carbohidratos pueden conducir a la retención de líquidos. Mantener una dieta equilibrada es la clave para deshacerte de ese problema y acabar con el agua «extra» que te está hinchando.
¿Estás llevando a cabo una dieta equilibrada? ¿Haces deporte con regularidad? Si la respuesta a ambas preguntas es sí y no consigues bajar de peso, una de las causas podría ser un desequilibrio hormonal. Diferentes enfermedades, situaciones, emociones, etc. pueden desencadenar cambios hormonales que induzcan al sobrepeso y a la obesidad. Presta atención a estas cuatro hormonas:
La última de las cuatro razones por las que te cuesta perder peso es conocido para muchos: el estrés. El estrés, además de producir desequilibrios hormonales (aumento de cortisol y de grasa dentro de las células), también provoca cambios en la dieta y un empeoramiento en nuestros hábitos alimenticios.
Cuando estamos estresados podemos sentirnos de muchas formas: ansiosos, cansados, somnolientos, agobiados… y eso modifica la relación que tenemos con la comida. Hay personas que, cuando atraviesan periodos de estrés, abusan de las comidas preparadas y ultraprocesadas.
Además, el estrés también afecta al sueño. La gente estresada duerme peor y esto desemboca en un desequilibrio del azúcar en sangre, el cual se regula correctamente con una buena higiene de sueño. Cuando dormimos poco o descansamos peor el azúcar en sangre se descontrola y sentimos hambre en más momentos del día o comemos más para sentirnos saciados.
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